Tener plenamente abiertos los dos primeros chakras está genial, pero quedarte a vivir permanentemente en ellos y en sus experiencias se llama “apego”.
Quedan cinco chakras más por activar hasta llegar a la corona, donde “el jiva se convierte en Shiva” – el individuo se disuelve en el Divino. En este camino de ascenso uno debe ir encontrando todos los apegos y experiencias pendientes que le retienen en su avance, resolverlos y seguir ascendiendo.
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