domingo, 29 de octubre de 2017

Sintonía


Para mí el sendero de la fusión es, sencillamente, pasar el tiempo con el tiempo con mi gurú. Si me encuentro en situaciones o emociones que me llevan, el echar de menos su presencia me recuerda cuán lejos me he ido de él. Esta cercanía con Maharaj-ji (mi gurú) se ha vuelto tan natural que cuando me separo de ella, cuando quedo cautivado por el dolor en mi pierna o por alguna otra situación, de repente pienso "¿qué estoy haciendo atrapado en este sitio? Éste es un lugar terrible para estar". Entonces me acuerdo de él de nuevo y algo tira de mí de nuevo hacia su campo de fuerza, su presencia. Ese sufrimiento me recuerda que he perdido mi conexión con mi gurú.

Automáticamente comienzo un mecanismo de reorientarme o de centrarme, de regresar al momento, de abrir el flujo de amor de nuevo. Sé que mi corazón se ha cerrado, y sé que se siente mal. Comienzo a trabajar para arreglarlo.

Conforme se aligera el karma, tu fe se vuelve más fuerte y te sintonizas más con el sentimiento de esa presencia o guía, incluso aunque no puedas conocerla a través de tus sentidos o de tu mente pensante. Esa fe te permite entrar en una sintonía más íntima con tu gurú. Esté o no en el plano físico, el gurú transmuta tu karma de una forma que acelera tu despertar. Pero tienes que aquietar tu mente lo suficiente para permitir que esto suceda.

domingo, 22 de octubre de 2017

Un instrumento de lo Divino


Al buscar la felicidad en las cosas o actividades externas, se ignora el hecho de que la felicidad es algo que siempre se experimenta dentro de uno. La gente comete el error de confundir las circunstancias en las que encuentra la felicidad con la propia felicidad. En el karma yoga no se comete ese error. No se actúa porque la acción nos vaya a proporcionar felicidad - que ya es una característica de nuestro ser innato - sino porque realizando la actividad indicada por nuestro deber en cada situación, en un espíritu de servicio amoroso, nos liberamos del apego a los resultados. De ese modo no creamos nuevos karmas, o acciones motivadas por el deseo y esclavizantes, y logramos una paz continua. Además, actuamos con “destreza” porque lo hacemos en un espíritu de amor. Al actuar desinteresadamente permitimos que la conciencia superior trabaje a través de nosotros sin resistencia por parte de las mezquinas exigencias del ego.

La práctica de Kriya Karma Yoga comienza por la dedicación de varias horas semanales a alguna actividad beneficiosa para los demás. Se empieza a distinguir entre las sugerencias del ego y las de lo Divino, que nos guía para que sirvamos a los demás de cien pequeñas maneras cada día. Poco a poco todo lo que se hace se convierte en karma yoga, ya que se ve que uno no es “el protagonista” sino un instrumento de lo Divino, puesto aquí para amar y servir a los demás.


"Babaji y la tradición de Kriya Yoga de los 18 Siddhas"

domingo, 8 de octubre de 2017

¿Sabes quién es Dios?


Dijo Shiva:

¿Sabes quién es Dios? Dios no es Vishnu, ni Shiva, ni el viento, ni el sol ni la luna, ni los brahmines ni los reyes, ni tú ni yo, ni Lakshmi ni la mente. Dios no tiene forma y no está determinado por objeto alguno, sea cual fuere; el esplendor no creado que no tiene principio ni fin es lo que se conoce como Dios o el Señor Shiva, que es consciencia pura.

Lo único que existe en este mismo momento, completamente vacío de objetividad, es la consciencia infinita, que sigue existiendo después de la disolución cósmica. Ningún objeto de percepción puede existir fuera de esta consciencia omnipresente e infinita. La consciencia es la única realidad sustancial, tanto en el sueño como en la vigilia. Ella es el Señor, la verdad suprema: tú eres Eso, yo soy Eso, y todo lo que hay es Eso.


Yoga Vasishtha