Toda la creación que nos rodea es luz solidificada. La activación del chakra de la frente mediante la práctica yóguica conduce al yogui a esta comprensión y a esta realización. Cuanto más se activa el chakra Ajna más acceso tiene el yogui a esta luz primordial que finalmente da forma a todas las cosas.
Tras esta luz hay una gozosa Presencia omnipresente, llenando todo el espacio. El yogui descubre esta misma Presencia gozosa detrás de sus pensamientos, sentimientos y percepciones. A esa única Presencia le llaman Shiva, el Ser, u otros nombres. El gurú ("el que dispersa la oscuridad"), es la personificación accesible de esa Presencia. A través de una práctica y una guía personales conduce al yogui de vuelta a ella (tú, en realidad), sorteando el obstáculo del ego - la identificación con un cuerpo, una mente y unas emociones, basada en la creencia de la propia existencia separada de lo/los demás. En la medida en que el yogui vivencia más y más la Presencia a través de la práctica y se identifica con ella, con su ser, va dejando atrás el sufrimiento y llenando su vida de gozo incondicional.
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