En el sendero de los Siddhas, el samadhi, la unión con el Ser, es llevada incluso a nuestras células físicas. El samadhi no es la puerta de salida del samsara, el ciclo sin fin de las reencarnaciones, sino la puerta del descenso divino a lo que llamamos “materia”. La materia es energía, la manifestación de la Shakti divina. En la realización de los Siddhas el Espíritu y la materia pierden su separación original, se reconcilian y se vuelven uno.
Nuestra aspiración, nuestro trabajo de transmutar y elevar nuestras energías y nuestra kundalini es como una estalagmita. El descenso de la inspiración, la guía, la energía y la gracia transformadora son la estalactita. Ambas deben eventualmente unirse y crear un puente que una el cielo y la tierra.
- "Avanzando en el Yoga"
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