miércoles, 28 de julio de 2021

San Miguel y la prueba del poder

 

Me gusta la imagen del arcángel Miguel, líder de las fuerzas celestiales (Muruga en la India, hijo de Shiva). Es el señor del elemento fuego, correspondiente al tercer chakra, Manipura, en el plexo solar. Este chakra es el de la voluntad, la energía vital y el poder. Algunos líderes políticos del presente y del pasado tenían muy activado este chakra, lo que les daba un carisma especial y el poder de dirigir a mucha gente. También es el chakra de los ego inflados (ego trips) y de los abusos de poder.
Por el contrario, el nombre Miguel significa en hebreo “quién como Dios”. Su poder no lo usa para sí mismo, sino al servicio del Divino.
La prueba del manejo del poder decide si uno se convierte en un demonio (asura en la India) o en un ser divino (deva), dependiendo de si lo usa para su ego o para servir a los demás o al Divino.
Los conflictos entre los asuras, los demonios que usan el poder para ellos, y los devas, los seres divinos que lo usan para el bien común, impregnan las historias religiosas de la India. Allí narran que de vez en cuando el Divino en persona se encarna para frenar los desmanes de los asuras, que comprometen la existencia del universo. Estas encarnaciones se llaman “avatares”.
Esto no es sólo literatura espiritual. Nuestro mundo está lleno de asuras que lo llevan al desastre. Es fácil encontrarlos, sólo hay que mirar en los sitios reales de poder del planeta, donde se acumula el dinero a costa del bien común.
Superar esta prueba del poder eleva la energía del tercer chakra al cuarto chakra, que es el centro del corazón y del amor incondicional, donde toda dualidad se convierte en unidad – el reino de los devas.


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