Cuando entres en el silencio a través de la meditación profunda, el mundo exterior y todos tus problemas desaparecerán. Experimentarás un gozo imperecedero, y es en este silencio que uno adquiere la fuerza real y encuentra alegría perenne. Cierra las puertas de los sentidos. Aquieta los pensamientos, las emociones y los sentimientos. Siéntate sin moverte y en calma en las horas tempranas de la mañana, ignora las visiones y las luces coloreadas. Ten una actitud receptiva y sigue sólo con Dios, comulga con Él y disfruta de la paz que mora en el silencio.
- La voz de Babaji
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