martes, 29 de agosto de 2017

‘Ahora estás preparado para ser mi discípulo’


“En otra ocasión el sagrado círculo de Babaji se vió alterado por la llegada de un extranjero. Había escalado con asombrosa habilidad la cornisa casi inaccesible donde se encontraba el campo del maestro.
‘Señor, usted debe ser el gran Babaji’. El rostro del hombre estaba iluminado por una indescriptible reverencia. ‘Le he buscado incesantemente durante meses entre estos imponentes riscos. Le suplico que me acepte como discípulo’.
Como el gran gurú no respondió, el hombre señaló al abismo que se abría a sus pies.
‘Si me rechaza me tiraré desde esta montaña. La vida ya no tiene valor si no puedo conseguir su guía a la Divinidad’.
‘Entonces salta’, dijo Babaji impasible. ‘No puedo aceptarte en tu actual estado de desarrollo’.
El hombre se arrojó inmediatamente a la sima. Babaji ordenó a los conmocionados discípulos que trajeran el cuerpo del desconocido. Cuando volvieron con la forma mutilada, el maestro colocó su divina mano sobre el hombre muerto. ¡Y he aquí que éste abrió los ojos y se postró humildemente ante el omnipotente maestro!
‘Ahora estás preparado para ser mi discípulo’. Babaji sonreía radiante al chela resucitado. ‘Has pasado con valentía una difícil prueba. La muerte no volverá a afectarte; ahora eres uno de nuestro rebaño inmortal’. Después pronunció sus palabras de partida usuales, ‘Dera danda uthao’; todo el grupo desapareció de la montaña.”
Autobiografía de un yogui, cap.33
P. Yogananda

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