Contento tras la iniciación de Kriya. Cada vez experimento más que detrás del muro de pensamientos y sentimientos que llamamos "personalidad", muro con el que chocamos (y que en realidad sólo busca reconocimiento), hay un espacio común a todos. Con la meditación aprendes a encontrarlo. A veces sólo hace falta aceptar incondicionalmente esos muros para que dejen de alzarse. Y entonces se revela ese espacio de puro ser en el que somos lo mismo. Y con él surge también la alegría inagotable de reconocerte y reencontrarte en el otro, superando toda la diversidad; "tú eres otro yo" decían los mayas. El Yoga posibilita la revelación de esta unidad, oculta tras las personalidades, tras el juego de las apariencias.
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