lunes, 10 de diciembre de 2012

La alegría de progresar


La Madre, (que por cierto, no era la madre de sri Aurobindo, sino su discípula, conocida por este nombre por los discípulos de ambos) siempre rompiendo esquemas y limitaciones. Un texto sobre la eterna juventud:


"Uno está siempre con demasiada prisa, uno quiere que eso se acabe demasiado rápidamente. Cuando uno ha hecho un esfuerzo, “¡Oh! bien, he hecho un esfuerzo, ahora debería obtener la recompensa por mi esfuerzo”. De hecho, esto es porque no está la alegría de progresar. La alegría de progresar imagina que aunque hayas realizado la meta que has puesto ante ti – toma la meta que tenemos a la vista: si realizamos la vida supramental, la consciencia supramental – bien, esta alegría de progresar dice, “¡Oh! pero esto será sólo  una fase en la eternidad del tiempo. Tras esta habrá algo más,  y luego tras esa otra y todavía otra, y siempre uno tendrá que ir más lejos”. Y eso es lo que te llena de alegría. Mientras que la idea “¡Ah! ahora me puedo sentar, se  ha acabado, he realizado mi meta, me voy a disfrutar lo que he hecho”, ¡Oh, cuán aburrida es! Inmediatamente uno se vuelve viejo y raquítico.

La definición de juventud: podemos decir que la juventud es crecimiento constante y progreso perpetuo – y el crecimiento de capacidades, posibilidades del campo de la acción y del rango de la consciencia, y el progreso en el desarrollo de los detalles.

Naturalmente, alguien me dijo: “¿De modo que uno ya no es joven cuando deja de crecer?”, y yo dije, “¡Por supuesto no imagino que uno crezca perpetuamente! Pero uno puede crecer de otra manera que la puramente física”.

Es decir, en la vida humana hay periodos sucesivos. Conforme avanzas, algo se acaba en una forma, y ello cambia su forma… Naturalmente, en el momento presente, llegamos a lo alto de la escalera y bajamos de nuevo; pero eso es realmente una vergüenza, no debería ser así, es un mal hábito. Pero cuando hemos dejado de crecer, cuando hemos alcanzado una altura que podríamos considerar que nos expresa de la mejor manera, podemos transformar esta fuerza de crecimiento en una fuerza que perfeccionará nuestro cuerpo, lo hará más y más fuerte, más y más sano, con un poder siempre más grande de resistencia, y practicaremos el entrenamiento mental con el fin de convertirnos en un modelo de belleza física. Y entonces, al mismo tiempo, comenzaremos lentamente a buscar la perfección del carácter, de la consciencia, el conocimiento, los poderes, y finalmente la realización divina en su plenitud de lo maravillosamente bueno y verdadero, y de Su perfecto amor.

Aquí lo tienes. Y esto debe ser continuo. Y cuando ha sido alcanzado un determinado nivel de consciencia, cuando esta consciencia ha sido realizada en el mundo material y has transformado el mundo material a la imagen de la consciencia, bien, escalarás otro peldaño más aún e irás hacia otra consciencia – y comenzarás de nuevo. Voilà.

Pero esto no es para gente perezosa. Es para gente que le guste progresar. No para aquellos que vienen y dicen, “¡Oh!, he trabajado duro en mi vida, ahora quiero descansar, ¿me darás por favor un sitio en el Ashram?”, les digo “No aquí. Éste no es un lugar para descansar porque hayas trabajado duro, éste es un lugar para trabajar más duro incluso que antes”. Así que, antes, solía enviarlos a Ramana Maharsi: “Ve allí, entrarás en meditación y conseguirás descansar”. Ahora eso no es posible, así que los envío a los Himalayas; les digo, “¡Ve y siéntate ante las nieves eternas! Eso te hará bien”.

Eso es todo, entonces."


La Madre, Questions and answers 1956, p.19-21.




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