Conforme los días se hacen más cortos y oscuros por el invierno el festival de Diwali nos recuerda que debemos buscar la luz en nuestro interior.
La puerta del cielo está en la frente, en el llamado tercer ojo, entre las cejas. Ahí se ubica el chakra Ajna, y cuando se activa el yogui ve al Divino en todas partes, ve Su luz en todo:
"Cuando tu ojo se vuelve único, tu cuerpo se llena de luz" - Lucas 11.34
"La luz de la tarde, la luna, el sol
La luz del sendero, el excelente resplandor, el Señor,
Entró en mí para iluminarme con sabiduría y
Permaneció conmigo iluminando mi cuerpo" - Siddha Tirumular
En el linaje de los Siddhas acceder a esa luz inmortal dentro de nosotros puede transformarnos. El yogui la vuelve visible mediante la transmutación de la energía vital, que es elevada hacia los chakras superiores, activándolos.
Y luego, mediante la meditación y la aspiración constantes, la luz se va haciendo cada vez más presente, dentro y fuera. La luz es el vehículo de la consciencia superior y de la gracia.
“No hay nada en el mundo fenoménico comparable a la luz. Es el tesoro de los Siddhas” – Siddha Sundaranandar
Feliz Diwali y que nuestra luz brille siempre 🙏✨✨
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