En el Yoga el silencio externo e interno es muy importante porque nos permite conectar con la fuente de todo. El silencio deja un espacio libre de movimientos mentales que puede ser llenado posteriormente por la energía e inspiración del Ser. La práctica del silencio, Kriya Mouna Yoga, nos sirve para calmar la mente, refrenar el ego y recargarnos de energía a todos los niveles, y es muy recomendable en la sadhana yóguica.
Las energías creativas que tenemos dentro buscan la autoexpresión a través del centro de la garganta. La práctica de Yoga no crea una uniformidad entre sus practicantes, sino que potencia la diversidad individual y el potencial específico de cada uno. Así, todos tenemos determinados talentos que pueden ser potenciados por nuestra práctica y que podemos luego poner al servicio de los demás seres. Muy a menudo el silencio yóguico, Mouna, se convierte en la fuente de inspiración creativa.
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