Donde empieza el Yoga real

Avanzar en el Yoga supone expandir la consciencia, que finalmente saca a esta luz también las propias zonas de oscuridad. Y aquí se produce una paradoja - cuanto más avanza, más descubre el yogui todo lo que tiene que sanar y cambiar. El yogui puede pensar aquí, "en vez de avanzar, retrocedo", pero es en esta toma de consciencia, y en el esfuerzo posterior de transformación, donde empieza el Yoga real. Un enfoque inútil en el Yoga es cuando se usan las meditaciones, las doctrinas, los cantos, las posturas y demás para poner una losa y tapar todas estas zonas ocultas por sanar; se huye de ellas al conectar con una beatitud celestial, muy elevada pero sin cimientos, pues los sótanos de nuestra psique siguen ahí sin limpiar. A menudo la postura del "maestro", el que aconseja a los demás, no es sino un refuerzo más para no levantar nunca la propia losa. Esta beatitud sin fundamentos no puede ser mantenida indefinidamente, la vida se encargará tarde o temprano de derribarla.