Para mí el sendero de la fusión es, sencillamente, pasar el tiempo con el tiempo con mi gurú. Si me encuentro en situaciones o emociones que me llevan, el echar de menos su presencia me recuerda cuán lejos me he ido de él. Esta cercanía con Maharaj-ji (mi gurú) se ha vuelto tan natural que cuando me separo de ella, cuando quedo cautivado por el dolor en mi pierna o por alguna otra situación, de repente pienso "¿qué estoy haciendo atrapado en este sitio? Éste es un lugar terrible para estar". Entonces me acuerdo de él de nuevo y algo tira de mí de nuevo hacia su campo de fuerza, su presencia. Ese sufrimiento me recuerda que he perdido mi conexión con mi gurú.
Automáticamente comienzo un mecanismo de reorientarme o de centrarme, de regresar al momento, de abrir el flujo de amor de nuevo. Sé que mi corazón se ha cerrado, y sé que se siente mal. Comienzo a trabajar para arreglarlo.
Conforme se aligera el karma, tu fe se vuelve más fuerte y te sintonizas más con el sentimiento de esa presencia o guía, incluso aunque no puedas conocerla a través de tus sentidos o de tu mente pensante. Esa fe te permite entrar en una sintonía más íntima con tu gurú. Esté o no en el plano físico, el gurú transmuta tu karma de una forma que acelera tu despertar. Pero tienes que aquietar tu mente lo suficiente para permitir que esto suceda.
Automáticamente comienzo un mecanismo de reorientarme o de centrarme, de regresar al momento, de abrir el flujo de amor de nuevo. Sé que mi corazón se ha cerrado, y sé que se siente mal. Comienzo a trabajar para arreglarlo.
Conforme se aligera el karma, tu fe se vuelve más fuerte y te sintonizas más con el sentimiento de esa presencia o guía, incluso aunque no puedas conocerla a través de tus sentidos o de tu mente pensante. Esa fe te permite entrar en una sintonía más íntima con tu gurú. Esté o no en el plano físico, el gurú transmuta tu karma de una forma que acelera tu despertar. Pero tienes que aquietar tu mente lo suficiente para permitir que esto suceda.
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