Laurie Pratt (Tara Mata) experimentó durante largo tiempo un estado de consciencia cósmica tras asistir a una charla del que luego sería su maestro, Yogananda. Ella describió posteriormente este estado, explicando que eso le sucedió "a un estudiante". Yogananda comentó de Tara Mata que fue un gran yogui en vidas previas, que vino a ésta a ayudar... las cosas no suceden por casualidad. Dice el Gita que nada de la práctica de un yogui, por pequeña que sea, se pierde a lo largo de las encarnaciones. Así narró Tara Mata el estado que experimentó "un estudiante":
"Para él, el universo entero estaba bañado en un mar de amor; él se dijo muchas veces: "¡Ahora finalmente sé lo que es el amor! ¡Esto es el amor de Dios, avergonzando el afecto humano más noble, amor Eterno, amor inconquistable, amor que los satisface todo!". Él supo, más allá de toda posibilidad o pensamiento de duda, que el Amor crea y sostiene el universo, y que todas las cosas creadas, humanas o infrahumanas, estaban destinadas a descubrir este Amor, este gozo inmortal que era la esencia misma de la vida. Él sintió expandirse su mente, que su comprensión se estiraba, alargándose sin fin, creciendo, tocando todo en el universo, vinculando todas las cosas, todos los pensamientos a él mismo. Él era "centro en todas partes, circunferencia en ninguna...".
Dondequiera que miraba, él vio la "danza de los átomos" de la naturaleza; el aire estaba lleno del innumerables alfileres de luz que se movían.
... La fatiga era desconocida para él; su trabajo parecía un juego de niños, feliz y despreocupado. Conversando en persona o por teléfono con sus clientes, su gozo interno cubría toda acción y circunstancia con un significado cósmico; para él, estos hombres, este teléfono, esta mesa, esta voz era Dios. Dios manifestándose a Sí mismo en otro de Sus fascinantes disfraces."
"Para él, el universo entero estaba bañado en un mar de amor; él se dijo muchas veces: "¡Ahora finalmente sé lo que es el amor! ¡Esto es el amor de Dios, avergonzando el afecto humano más noble, amor Eterno, amor inconquistable, amor que los satisface todo!". Él supo, más allá de toda posibilidad o pensamiento de duda, que el Amor crea y sostiene el universo, y que todas las cosas creadas, humanas o infrahumanas, estaban destinadas a descubrir este Amor, este gozo inmortal que era la esencia misma de la vida. Él sintió expandirse su mente, que su comprensión se estiraba, alargándose sin fin, creciendo, tocando todo en el universo, vinculando todas las cosas, todos los pensamientos a él mismo. Él era "centro en todas partes, circunferencia en ninguna...".
Dondequiera que miraba, él vio la "danza de los átomos" de la naturaleza; el aire estaba lleno del innumerables alfileres de luz que se movían.
... La fatiga era desconocida para él; su trabajo parecía un juego de niños, feliz y despreocupado. Conversando en persona o por teléfono con sus clientes, su gozo interno cubría toda acción y circunstancia con un significado cósmico; para él, estos hombres, este teléfono, esta mesa, esta voz era Dios. Dios manifestándose a Sí mismo en otro de Sus fascinantes disfraces."
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