viernes, 4 de julio de 2014

Mucho más allá


Ser el testigo de todo, y experimentar el gozo que resulta de ello, está bien. Esto no es el final, sino el principio. El yogui va mucho, mucho más allá de eso. A través del pranayama, de la meditación avanzada, o de la mezcla de ambos, revierte su consciencia en el corazón de la consciencia misma, en el núcleo no sólo de su ser, sino del Ser universal. Este estado se llamada "samadhi" en Yoga. El yogui que lo experimenta pierde toda noción del mundo, lo que técnicamente se llama "savikalpa samadhi" o "kevala nirvikalpa samadhi" (varía según las clasificaciones). Tras volver de este samadhi el yogui puede desarrollar poderes milagrosos o un carisma fascinante, pero, como sigue teniendo un ego, puede errar totalmente, como cualquier persona.


El yogui de realización completa alcanza el "sahaja nirvikalpa samadhi" - logra el samadhi permanente, mientras puede seguir llevando una vida cotidiana. Aquí ha perdido su ego por siempre, es el Ser universal manifestándose a través del caparazón de su antigua personalidad humana, normalmente para cumplir alguna misión o trabajo en esa encarnación.

Pocos seres alcanzan este estado final; el mismo Yogananda lo logró en los últimos años de su vida - por eso sus fotos de ese periodo tienen esa mirada tan penetrante.

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