El Ser es felicidad, la felicidad que buscamos en sus manifestaciones. La mente es maya, la ilusión. La mente es el espejo en el que el Ser se multiplica. Pero el Ser no deja de ser, aun deformado por las turbulencias de la mente. Estas turbulencias dan origen al mundo. Aquietar la mente elimina las turbulencias. Los rayos gozosos del Ser se filtran a través de la mente en este momento. Hay diferentes firmas de aquietar la mente, las principales son a través de la respiración y mediante la práctica del desapego.
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