Los maestros (y las maestras) están instalados en el amor y en el servicio; si no es así, no lo son. Ahora bien, ni su amor ni su servicio seguirán las expectativas y demandas de nuestro ego. De hecho, tarde o temprano lo desafiarán. Pero no es nada personal, es su trabajo liberarnos de la prisión del "yo" hacia a la libertad del Ser.
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