"Un diamante puede estar cubierto de barro y, sin embargo, nunca deja de ser un diamante. Basta un lavado con agua para que aparezca con todo su esplendor. De igual modo, la Divinidad está eternamente presente en los seres, aunque sus actos no la manifiesten, y seguirá ahí por toda la eternidad, hasta que se manifieste plenamente en la forma. Según el Yoga no existe el fracaso en el universo, cada ser está destinado, con el tiempo, a reencontrar su propia Divinidad y a manifestarla"
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