Yoga no es abstraerse de todo, sino una búsqueda del corazón de todo, de la Verdad. Los Siddhas (maestros realizados) no encontraron esa Verdad en emociones, pensamientos ni percepciones físicas, siempre cambiantes. Tampoco consideraron fiable el ego, el yo, siempre en busca infructuosa de reconocimiento o cariño, y cuyo bienestar es condicionado/deformado por patrones subconscientes. Así que los Siddhas tuvieron que buscar más allá. Buscar un asidero estable no es huir de lo inestable, es buscar el centro de la rueda que gira. Encontraron ese centro en la consciencia pura, libre de identificación con lo cambiante, y prescribieron prácticas yóguicas para llegar ahí. El verdadero Yoga no puede ser escapismo - otro patrón mental más - sino confrontación de todos los fenómenos desde ese centro de la consciencia. "Yo mismo me siento en el propio corazón de la ilusión, sin ser engañado. Estoy siempre firme y constante en todas sus caídas y tropiezos. Estoy siempre firme en todas sus fugacidades" - Kriya Babaji.
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