Existe, a veces, una falta de comprensión sobre lo que son las meditaciones o dhyanas del Kriya Yoga de Babaji, y sobre su propósito y finalidad. Mucha gente, cuando se habla de meditación en Yoga, piensan que se trata de “dejar la mente en blanco”. Lo correcto sería hablar de “aquietar la mente”, aunque una meditación puede incluir mucho más que eso.
En el Kriya Yoga definimos la práctica de la meditación, Dhyana Yoga,
como “el arte científico de dominar la mente”. No se trata de anularla, sino de
dominarla. Normalmente nuestra propia mente nos domina a nosotros, estamos
sometidos física y emocionalmente a cualquiera de sus ocurrencias, a menos que
llevemos a cabo el trabajo de hacernos cargo de ella.
La mente es un instrumento creador que usamos constantemente, seamos
conscientes o no de ello. Con ella creamos y recreamos nuestra realidad personal.
El libro “La voz de Babaji” dice al respecto: “Si crees que tú mismo eres
creado por las circunstancias externas, serás entonces golpeado completamente
por las circunstancias. Descubre que tú eres en realidad el poder creativo, y
que tú puedes controlar el suelo y las semillas escondidas de tu ser, de los
que crecen las circunstancias. (...) El mundo exterior de las circunstancias se
moldea a sí mismo según el mundo interior del pensamiento. Las circunstancias
no te hacen, sino que te revelan”.
Asumir que creamos desde nuestra mente las circunstancias que nos
rodean, de forma consciente o inconsciente, supone abandonar el victimismo y
asumir nuestro propio poder. De modo que, si queremos hacernos cargo de las
circunstancias que rodean nuestra vida, tendremos que empezar por hacernos
cargo de lo que está sucediendo en nuestra mente. Todo lo que creamos desde la
inconsciencia lo podemos crear también desde la plena consciencia: “La mente
es, una vez más, un tejedor maestro. La mente teje el vestido interior del
carácter y también el vestido externo de las circunstancias. Así, lo que
había tejido hasta ahora desde la ignorancia y la oscuridad, puede ahora
destejer desde la iluminación y la claridad” (La voz de Babaji). Y aquí
entra en juego el papel de las dhyanas o meditaciones de Kriya Yoga.
Visualizar
nuestras circunstancias
La palabra “Siddha”, que designa a los maestros realizados del Yoga,
está relacionada con la palabra “siddhi”, que significa “perfección”, y también
alude a los “poderes yóguicos”. El Yoga tiene ofrece herramientas para
despertar todo el potencial humano, incluyendo lo que algunos llaman poderes
yóguicos, que no son sino posibilidades de crecimiento a nuestro alcance. Las
herramientas para ello son el dominio de la mente y el dominio del prana,
la energía vital.
El dominio de la mente consistiría en algo tan básico como ser capaz de
no pensar lo que no quieres pensar, y de pensar lo que quieres pensar, de forma
sostenida. Algo tan sencillo como esto, pero, ¿hay alguien que pueda hacerlo
durante siquiera tres minutos? Las dos primeras meditaciones de las siete que
se enseñan en la primera iniciación de Kriya Yoga ayudan a desarrollar estas
dos capacidades. Luego, con las siguientes meditaciones, aprendemos más cosas:
a visualizar y a recrear aquello que queremos manifestar en nuestra vida, y a
desarrollar nuestro discernimiento intelectual, nuestra intuición y nuestra
conexión con la superconsciencia (Babaji).
Todas estas habilidades van más allá del mero dejar la mente en blanco;
suponen desarrollar sus posibilidades latentes, desplegando nuestro potencial
humano. Ése es el camino de los Siddhas. Y aunque no alcancemos la realización
yóguica que ellos manifestaron, el cultivo de estas meditaciones puede
ayudarnos a mejorar las circunstancias que nos rodean.
Lo que el estudiante debe comprender es que resulta fundamental que
llevemos a nuestra vida cotidiana el logro obtenido con la práctica de las
meditaciones: la capacidad de desapego, la de visualizar lo que queremos
crear, la intuición y la inspiración. La meditación no es una actividad
disociada del resto de nuestra existencia, sino una actividad diseñada para
entrelazarse con ella y transformarla. Sólo entonces la práctica del Kriya
Yoga cobra su pleno sentido, y se convierte también en una forma de vida.
Un Yoga
dinámico
Este enfoque de las meditaciones de Kriya está dentro de la orientación
tántrica del linaje de los Siddhas. El Yoga clásico busca sencillamente
trascender y dejar atrás el mundo, la mente y los sentidos, para lograr la
liberación; se trata de un Yoga destinado a los renunciantes. El Yoga tántrico
involucra al mundo, a la mente y a los sentidos en la vivencia espiritual. La
palabra “tantra” significa “red” o “tejido”. El Divino está entretejido en nuestra
vida ordinaria, y el Siddha aprecia el juego de la Divinidad, incluso con los
cinco sentidos. Si el Divino está en todo, ¿a dónde puede uno huir? Lo que hace
falta es una transformación del punto de vista para percibir a este Divino;
hace falta “tener ojos para ver”.
El enfoque tántrico está en sintonía con las circunstancias de esta era
actual, tal como las explica “La voz de Babaji”: “La humanidad del siglo
veinte está dominada por rajas. En todas
partes, la ronda diaria del hombre normal está caracterizada por la actividad
cargada conscientemente de alta tensión. (...) Todos los hechos mencionados
previamente deberán ser tenidos en consideración, si los principios de Babaji y
de la forma de vida del Kriya Yoga deben
convertirse en los medios para redimir y elevar al hombre de su ciénaga. Esta
pasión por la actividad extrema no puede ser reprimida. (...) El Yoga, también,
debe asumir el aspecto de ser fácilmente practicable por todos. Como la
actividad es inevitable, el Yoga debe cumplirse en y a través de la actividad.
El ideal
del Gita es, de forma notable, el más indicado para la presente era. Cada acto
normal debe constituir una síntesis de todos los yogas. La sadhana no debe implicar un divorcio y una
ruptura con la vida normal. Ésta última se convertirá por sí
misma en una sadhana dinámica a través de un cambio de tu ángulo de
visión”.
En la tercera iniciación de Kriya Yoga el estudiante aprende a aquietar
y detener la mente y la respiración para entrar en el estado de samadhi
o absorción cognitiva, y vivenciar así la consciencia pura, el Ser. Sin
embargo, tal aquietamiento se puede experimentar ya desde la primera iniciación
al practicar la primera técnica de meditación o el Kriya Kundalini Pranayama.
Nityananda
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