Preciosas palabras de mi profesor, Satchidananda, en el último periódico de Kriya Yoga – no son sólo palabras, sino su experiencia y realización de una vida, raramente expresadas tan abiertamente:
El otro enfoque a la “entrega completa” que enfatizaba Yogui Ramiah, la “ofrenda de uno al Divino”, se ha mostrado como esencial para cualquier progreso que he hecho. “Hágase Tu voluntad, no la mía” resume este enfoque, y ha sido mi oración diaria desde que emprendí el sendero del Yoga. He aprendido a expresarla de formas diferentes. Sé que el Señor me ama, y como Él me ama, a pesar de mis limitaciones, cuando Le escucho, escucho Su sabiduría y Su guía. He aprendido que cuanto más me entrego al Divino, más está Él conmigo, total y constantemente, a cada minuto, en todas mis situaciones, todas mis necesidades, y que no hay ninguna aspiración que no reciba una respuesta inmediata, con una sensación de completa y constante intimidad. Yogui Ramiah a menudo expresaba esto con las palabras “da un paso hacia Babaji, y Él dará diez pasos hacia ti”. Él camina conmigo, duerme conmigo, piensa conmigo, y cuando amo Él es el amor que tengo. Cuando Lo olvido, cuando me olvido de entregarle algo, siento como si hubiese permitido que alguna barrera u obstáculo se interponga entre nosotros, y así desperdicio la oportunidad de compartir Su gozo incondicional. La aspiración por el Divino es mi único interés.
Los Siddhas han expresado la “entrega completa” como “Om Namah Shivayah”, que significa “el resultado del sacrificio es el gozo”. Comprendo lo que esto significa: cuando uno deja partir la perspectiva del ego, con sus deseos, preferencias y aversiones, gustos y disgustos, y simplemente se convierte en el Testigo, aparece la alegría incondicional.
Puedes recibir un número gratis del periódico en esta página:
http://www.babajiskriyayoga.net/spanish/free-journal-form.htm?submit=Click+Aqu%ED
El otro enfoque a la “entrega completa” que enfatizaba Yogui Ramiah, la “ofrenda de uno al Divino”, se ha mostrado como esencial para cualquier progreso que he hecho. “Hágase Tu voluntad, no la mía” resume este enfoque, y ha sido mi oración diaria desde que emprendí el sendero del Yoga. He aprendido a expresarla de formas diferentes. Sé que el Señor me ama, y como Él me ama, a pesar de mis limitaciones, cuando Le escucho, escucho Su sabiduría y Su guía. He aprendido que cuanto más me entrego al Divino, más está Él conmigo, total y constantemente, a cada minuto, en todas mis situaciones, todas mis necesidades, y que no hay ninguna aspiración que no reciba una respuesta inmediata, con una sensación de completa y constante intimidad. Yogui Ramiah a menudo expresaba esto con las palabras “da un paso hacia Babaji, y Él dará diez pasos hacia ti”. Él camina conmigo, duerme conmigo, piensa conmigo, y cuando amo Él es el amor que tengo. Cuando Lo olvido, cuando me olvido de entregarle algo, siento como si hubiese permitido que alguna barrera u obstáculo se interponga entre nosotros, y así desperdicio la oportunidad de compartir Su gozo incondicional. La aspiración por el Divino es mi único interés.
Los Siddhas han expresado la “entrega completa” como “Om Namah Shivayah”, que significa “el resultado del sacrificio es el gozo”. Comprendo lo que esto significa: cuando uno deja partir la perspectiva del ego, con sus deseos, preferencias y aversiones, gustos y disgustos, y simplemente se convierte en el Testigo, aparece la alegría incondicional.
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