Uno debe comprender la lámpara primordial tachonada con la gema;
Uno debe aprehender el Absoluto omnipresente que lo abraza todo;
Todos los caminos hacia el espacio puro resplandeciente.
La luminosidad suprema, que es la rectitud, los pies de la Madre Parvati,
Enraizada en el estado sin atributos que nadie comprenderá
Siddha Ramadevar
No hay “yo” ni “tú” ni “él” en ese estupendo Silencio. No hay oriente ni occidente, ni día ni noche en esa Luz de Luces. Brahmán (Dios) camina sin pies, oye sin oídos, canta sin lengua, saborea sin boca, agarra sin manos. No hay ni aire ni fuego, ni tierra ni cielo, ni sol ni luna. Los pares de opuestos no existen ahí. No hay placer ni dolor, ni amor ni odio, ni duda ni desilusión en el Reino de Dios. Ahí los árboles dan los frutos de la inmortalidad. Ahí fluyen los ríos con el elixir del Gozo. Ahí las flores del Amor Divino florecen eternamente. Ahí fluye un torrente perenne de misericordia Divina. Ahí está la fuente perpetua de Gozo eterno. Ahí está el radiante y supremo esplendor, el brillo auto-luminoso. El conocimiento de este Ser Supremo está dentro de ti. Búscalo donde sea oída la voz interna, en la profundidad de tu corazón. Ahí brilla la refulgencia divina. Ahí fluye el néctar de inmortalidad. Bebe esta esencia de dulzura suprema y divina y vuélvete inmortal. Brahmán o el Eterno no puede ser conocido a través del intelecto. No puede ser realizado argumentando o razonando. Él sólo puede ser entendido por la experiencia directa intuitiva.
La voz de Babaji
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