viernes, 1 de septiembre de 2017

Maya


Maya, según Amma. Gran explicación que merece ser traducida. Su enseñanza es la misma que la de los Siddhas:
“Maya no significa “no existente”. Más bien significa “siempre cambiante”. Por ejemplo, toma una flor abierta. Disfrutas el color y la fragancia de la flor. Pero por la tarde esa misma flor se marchita – con esa comprensión tú disfrutas la flor. Si tienes esa comprensión de que todo está cambiando, cuando la flor se marchite no llorarás. Maya no significa que la flor nunca existió, sino que está en un estado constante de cambio.
Cuando avanzamos a través de la vida con nociones preconcebidas experimentaremos sufrimiento. Cuando pensamos “esta persona me amará, esa persona me dará esto o lo otro" – esa expectativa crea sufrimiento. Si dependemos de eso que está cambiando, el sufrimiento será el resultado. Ésta es la verdadera definición de maya.
Vamos por la vida creyendo que la felicidad puede encontrarse en las demás personas, que puede ser encontrada fuera de nosotros mismos. Es por ello que no somos capaces de atravesar esta maya. Un perro puede masticar un hueso tanto que sus encías empiecen a sangrar. El perro disfruta de la sangre, pensando que viene del hueso. Finalmente el perro pierde la consciencia debido a la pérdida de sangre. De forma similar, pensamos que estamos encontrando el gozo en los objetos de los sentidos, pero si miramos de cerca encontraremos que la fuente de gozo está siempre, y sólo, dentro de nosotros mismos. Estamos pensando que la fuente de gozo son las demás personas o los objetos fuera de nosotros. Es por ello que no somos capaces de vencer a maya.
Estamos dependiendo de los demás para el amor y la felicidad. Estamos dependiendo de algo que no existe. Así que estamos esperando algo que no está ahí. Debemos despertar internamente. En vez de buscar deberíamos estar dando.
La expectativa es lo que produce sufrimiento. Cuando no obtenemos lo que esperamos recibir, nos sentimos tristes. Esta tristeza da paso a la ira, que conduce finalmente a la depresión. Pero todo comienza con la expectativa. En vez de recibir, empieza a pensar en dar. No busques la felicidad fuera de ti mismo. Hay una fuente de felicidad dentro. No somos velas encendidas por los demás, sino el sol auto-refulgente.
Cuando comprendamos la espiritualidad, nuestra vida será como la de Sri Krishna – una vida de risa. Comprender la espiritualidad es como un nadador experimentado nadando en el océano – él o ella disfrutarán de las olas. Cuando tengas ese conocimiento, serás capaz de desplazarte con una mente ecuánime."

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