jueves, 28 de marzo de 2019

Sintonía con el Gurú/Ser


La forma fisica de Babaji no es importante, aunque todos desean experimentar su presencia. Babaji es un estado de consciencia, una consciencia pura y amorosa, atemporal, de gozo eterno. Y Babaji regala libremente su consciencia, más y más cuanto más sintonizas con él (esta es la verdadera “comunión" de la que hablaba Jesús y que los verdaderos gurús enfatizan, y no la adoración física). Sin embargo, no podrás sintonizar mucho si primero no haces sitio y vacías lo que ahora ocupa tu corazón, incluyendo deseos, miedos y demás. Lo mismo que te impide sintonizar plenamente con Babaji es lo que te impide ver tu Ser. "Cuando sepas quién eres tú sabrás quién es Babaji" decía Yogui Ramaiah.

miércoles, 20 de marzo de 2019

Los Siddhas perciben aquí el plano de Siva


Él reveló la verdad de su inmanencia;
Su mundo, que los seres celestiales no conocen, mostró;
Los pies santos de la danza sagrada puso sobre mí;
Otorgó el gran gozo del espacio de gracia.

La omnipresencia encuentra su lugar en la omnisciencia;
El amor se establece en la gracia;
La luz interior, entremezclada con el resplandor divino;
Serenos son los Siva-Siddhas en su claridad.

Los Siddhas perciben aquí el plano de Siva;
Ellos experimenta dentro nada* y Nadanta**.
Ellos son eternos, puros y sin mancha;
Ellos están liberados de los treinta y seis tattvas***.

Ellos ascienden los treinta y seis pasos de la escalera de la liberación;
El gozo incomparable de la luz interna de gracia es suyo;
Ellos vieron con claridad al indescriptible Siva
Y moraron en el estado de Siva.

Morando en el estado de Siva, ellos estaban aquí y en todas partes;
Entendiendo, ellos podían, toda la actividad de Siva;
Ellos sabían mirar dentro de los tres aspectos del tiempo;
Suya es la pérdida; ellos ganan serenidad en la inacción.

- Tirumandiram,
del Siddha Tirumular
* nada: sonido divino, Om.
** Nadanta: la consciencia más allá del Om.
*** treinta y seis tattvas: 36 elementos que forman la creación.

lunes, 11 de marzo de 2019

Shankaracharya, Babaji y la astrología


Así inició Babaji a Shankaracharya, gran santo y reformador hindú, tal como le contó Sri Yogananda a su discípula Durga Mata:

"La siguiente historia nos fue contada por el Maestro. Ilustra el poder que un maestro usa para salvar a un discípulo. Al mismo tiempo, explica cómo los maestros pueden salvar a los discípulos del karma de la muerte, y cómo *Swami Shankara* (siglo VIII) se inició en el Kriya Yoga.

*Swami Shankara* era conocido como uno de los astrólogos más grandes de la India en su época. Cada vez que predecía un evento, siempre sucedía. Un discípulo de Babaji fue a ver a este gran astrólogo. Shankara le dijo a este discípulo que en la séptima noche moriría por un rayo. El discípulo estaba angustiado ante la perspectiva de su próxima muerte. Fue a Babaji y le contó llorosa la historia. Babaji le dijo al discípulo que regresara con el astrólogo, y "dile que no morirás por los rayos en la séptima noche". Cuando Shankara escuchó esto, le dijo al discípulo: "Díle a tu Maestro que si no mueres la séptima noche, arrojaré todos mis libros de astrología al Ganges y lo seguiré. No creo que necesite hacerlo, porque las estrellas nunca fallan".

En la mañana del octavo día, el discípulo regresó a Shankara para mostrarle que no había muerto como se había predicho. Shankara, un hombre de su palabra, tiró sus libros al Ganges y siguió al discípulo a la cabaña de su Maestro. Babaji sonrió. Shankara se inclinó con el debido respeto al gran Maestro y le preguntó: "Este hombre, según todas las indicaciones, iba a perder su vida por un rayo la noche anterior. ¿Cómo es que no murió?". Babaji respondió: "Tenías razón. Su cuerpo, según su karma, debía haber sido electrocutado anoche por un rayo, pero yo no...". Pero Shankara dijo: "No estaba prediciendo tu muerte". Babaji dijo. "Anoche le dije a este hombre que viniera a mi choza y durmiera en mi cama. Lo hizo. Esta mañana me dijo que tenía un sueño muy vívido de que veía rayos a su alrededor y sus lenguas de fuego tratando de destruir su cuerpo. "Aún así, las llamas no se acercaron a él. Me había deslizado dentro de su cuerpo, por lo tanto, lo protegí contra el ataque de la muerte. No era mi hora de irme, así que ambos vivimos".


Publicado en el libro de Durga Mata "A Paramhansa Yogananda Trilogy of Divine Love".

sábado, 9 de marzo de 2019

La sublimación de la energía vital y la consciencia de Muruga


Kartikeya o Muruga, el hijo de Shiva, es una deidad muy adorada en el sur de la India. El mismo Siddha Boganathar le dedicó el complejo de templos de Palani, en Tamil Nadu, y de Katirgama, en Sri Lanka. La imagen del Señor Muruga, como sucede en la simbología hindú, transmite diferentes significados espirituales a diferentes niveles. Otro de los nombres de Muruga es Skanda, que significa "no derramar". T.N. Ganapathy escribe al respecto en su libro "The philosophy of the Tamil Siddhas": 

"Skanda nace sólo cuando el semen es sublimado y alcanza el sahasrara. Se dice que el Señor Muruga reside sólo en las cimas de las montañas (es decir, la región del sahasrara). Ascender la montaña para alcanzar al Señor Muruga es un simbolismo de elevar la kundalini y su culminación en el sahasrara. Los seis adharas (chakras) se considera que son las seis montañas de la literatura tamil de los Siddhas, y las seis caras de Muruga los representan". 

A Muruga se le representa como un muchacho, a veces adolescente. Al igual que San Miguel en el cristianismo, se dice que está al frente de las fuerzas celestes. Aparece acompañado de una lanza, Vel, con la que combate la oscuridad. Muruga acabó con un demonio que amenazaba al mundo, pero no lo destruyó, sino que lo convirtió en un pavo real, su montura. En la representación de Muruga aparece a menudo este pavo real sobre una serpiente. El gallo, el que anuncia la luz del amanecer, también aparece en su estandarte. 

La lanza de Muruga representa la transmutación de la energía sexual y vital en energía espiritual y el despertar de la energía kundalini. Esta transmutación viene representada también por el pavo real sobre la serpiente, el demonio que no fue destruido sino transmutado en la montura de Muruga. 

Al elevar la energía vital hacia los centros superiores de consciencia aparece en ellos la luz, simbolizada por el gallo que anuncia la luz del día. Esta energía revierte no sólo a nivel físico, sino a nivel vital, y luego mental, elevando y espiritualizando estos cuerpos. 

Muruga, que originariamente tenía seis caras, combate a los demonios en seis montañas – su arma, la lanza Vel, representa también el discernimiento, la implacable consciencia del testigo que lleva la luz de la consciencia a las montañas de los seis chakras (el séptimo, Sahasrara, no se considera un chakra sino la morada del Ser). Parvati, la Shakti Divina, fue quien le otorgó tal lanza. Yogui Ramaiah dice al respecto: 

“Cuando adoras a Krishna obtienes la consciencia de Krishna, cuando adoras a Muruga obtienes la consciencia de Muruga. En Muruga encuentras seis caras, correspondiendo con los seis chakras. Las seis caras de Muruga indican que los seis chakras han sido despertados – y ése es exactamente el significado de Muruga”.(1) 

Cuenta la leyenda que Muruga nació de la luz del tercer ojo de Shiva, y tras crecer descendió desde el monte Kailash en Tibet al monte Palani, en Tamil Nadu, donde se instaló y se casó con una muchacha de una tribu local. En Muruga tenemos también el arquetipo del descenso de la gracia desde chakras superiores a los inferiores, para transformarlos. Cuenta la leyenda que la semilla de Shiva que dio forma a Muruga era abrasadora y difícil de contener. Ello nos hace pensar en la consciencia supramental de la que hablaba Sri Aurobindo, cuyo descenso puede transformar incluso el cuerpo físico. Una consciencia demasiado poderosa para ser tolerada por el hombre ordinario, que requiere por parte del sadhaka una transformación y entrega completas. 

A nivel de sadhana, Muruga nos enseña la importancia de transmutar la energía sexual y vital en energía espiritual, como una herramienta básica de transformación. El Taoísmo y los escritos de Boganathar insisten mucho en esta idea. Esta transmutación correctamente realizada abre la llave de los chakras superiores, crea una consciencia expandida que, cual lanza, nos puede servir para detectar y liberar los samskaras internos. Y esta liberación energética libera la luz en nuestro espacio interno. La invocación del descenso del Divino y de su Gracia en esta luz abre el camino del sadhaka hacia una transformación total de sus cuerpos – la meta de los Siddhas. 

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1- Conferencia de Yogui Ramiah disponible en: