Quienes se aferran al engaño cósmico (maya) tienen que aceptar su ley básica de la polaridad: flujo y reflujo, elevación y caída, día y noche, placer y dolor, bien y mal, nacimiento y muerte. Este patrón cíclico asume cierta monotonía angustiosa cuando el hombre ha pasado por algunos miles de nacimientos humanos; entonces comienza a echar una mirada esperanzadora más allá de las compulsiones de maya - P. Yogananda
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