"Hubo un hombre que asistió a su primera meditación navideña durante todo el día, y durante el servicio escuchó una grabación del Maestro (Yogananda) hablando de los Grandes Seres. La conversación lo inspiró profundamente y le hizo pensar en Babaji. Quedó fascinado por Babaji, y recordó la historia de "Autobiografía de un yogui" del discípulo que se sometió a una dura prueba para ser digno de estar en presencia de Babaji.
Sabía que Babaji tenía un grupo de discípulos en el Himalaya y que el Maestro había dicho que había algunos discípulos estadounidenses en ese grupo. Un profundo anhelo de estar con el grupo de Babaji creció dentro del hombre, y el anhelo se hizo tan grande que no pensaba en otra cosa.
Una quietud lo envolvió y de repente se vio rodeado por una bola de luz. Luego encontró su cuerpo en posición de loto, que parecía avanzar naturalmente atravesando una gran distancia, y descender a una cueva. Dentro de la cueva vio un grupo de yoguis en círculo, sumidos en la meditación. No había iluminación dentro de la cueva, y ninguna era necesaria debido a la radiación que emanaba de ellos. Estaban al tanto de él, y se hizo un sitio para él dentro del grupo, y su cuerpo se estableció directamente frente a Mahavatar Babaji. Se sintió aceptado y bendecido por Babaji.
Después de un momento, se dio cuenta de que no iba a ser capaz de mantener ese estado. Lo intentó, pero no pudo aguantar, y de repente se encontró nuevamente en la sala de meditación con otros devotos en la meditación de Navidad. Esta experiencia lo convenció de que necesitaba absorberse en meditaciones más largas y profundas para expandir su conciencia e ir más allá de la excesiva identificación corporal."
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