martes, 22 de marzo de 2011

Un Yoga que abrace toda la vida


“El Sadhaka (practicante) reconoce que su vida y todas sus actividades son concebidas como parte de la acción Divina en la Naturaleza (Shakti) que se manifiesta y opera en la forma humana.

El individuo percibe en los latidos de su corazón el ritmo que palpita por doquier y que es el cántico de la Vida Universal. Descuidar o negar las necesidades del cuerpo, considerarlo como algo que no es divino, es descuidar y negar la vida mayor de la que es una parte, y falsear la gran doctrina de la unidad de todo y de la identidad última de la Materia y del Espíritu.

Gobernadas por ese concepto, hasta las necesidades físicas más humildes asumen una importancia cósmica. El cuerpo es la Shakti; sus necesidades son las necesidades de la Shakti. Cuando el hombre goza, es la Shakti la que goza a través de él. La Madre es quien mira y actúa en todo lo que el hombre ve y hace. Los ojos y las manos de él son los de Ella. Todo el cuerpo y todas las funciones de éste son manifestaciones de Ella. Percibirla plenamente como tal es perfeccionar esta particular manifestación de Ella que es el hombre mismo.

Cuando éste busca ser amo de sí mismo, lo busca en todos los planos: en el físico, en el mental y en el espiritual, y tampoco puede separarlos, pues todos ellos están relacionados, al ser sólo distintos aspectos de la Consciencia única que lo impregna todo.

Alguien puede preguntar: ¿quién es más divino: el que descuida y menosprecia al cuerpo o a la mente porque puede alcanzar alguna fantástica superioridad espiritual, o el que los aprecia —al cuerpo o a la mente— como formas del Espíritu único, que éstos recubren?

La realización es alcanzada más rápida y verdaderamente al discernir al Espíritu existente en todo ser y en sus actividades, que evadiéndose y dejando todo esto de lado, como si fuera ilusorio y carente de espiritualidad, y como impedimento en el sendero.

Pueden ser impedimentos y causa de caída si no se conciben correctamente; de lo contrario, se convierten en instrumentos de realización; ¿y, qué otros hay a mano? De modo que cuando las acciones se efectúan con sentimiento y actitud mental (Bhava) correctos, esos actos dan gozo; y esa Bhava reiterada y prolongada produce, a la larga, la experiencia divina (Tattvajnana) que es la Liberación. Cuando a la Madre se la ve en todas las cosas, se la realiza, a la larga, como Quien está más allá de todas ellas.”


Swami Sivananda


jueves, 10 de marzo de 2011

¿Dios personal o Absoluto impersonal?


Arjuna (el devoto): Hay quienes adoran al Dios amorfo e invisible y hay quienes adoran al Dios de forma visible. ¿Cuál de estas vías es más accesible? ¿Cuál ablandará más tu corazón?

Krishna (la Divinidad): Ambas vías me complacen, pero es mejor para ti adorar al Dios visible. Si pones tu corazón continuamente en Mí aspecto visible y te llenas de fe y de devoción, eso te llevará prontamente hacia Mí, la Deidad.

En cuanto a los que veneran al Dios sin forma ni nombre, si sujetan sus sentidos, mantienen la mente en calma y buscan el bien para todos los seres, también vendrán a Mí.

El camino de los devotos de la Deidad no materializada es más empinado. No es fácil para una persona de forma física comprender verdaderamente lo sin forma. La gente común se identifica con su cuerpo físico y no puede evitar conceptualizar a Dios sino dotado también de algún tipo de cuerpo. A fin de amar hondamente al Dios sin forma, uno debe estar libre de la conciencia de su cuerpo, y no son muchos los que puedan alcanzar este estado.

Bhagavad Gita XII. 1-5